Ahora mismo alrededor de 800.000 personas padecen insuficiencia cardíaca en España, siendo la primera causa de hospitalizaciones en personas por encima de los 65 años y la responsable del 35 por ciento aproximadamente de las muertes por dolencias relacionadas con el corazón.

Aunque afecta de forma similar a ambos sexos, en el caso de las mujeres la incidencia aumenta pasada la menopausia, y a veces se diagnostica tarde y con peor pronóstico por razones de diversa índole.

En esta entrevista, la doctora Inés Gómez Otero, especialista de insuficiencia cardíaca del C.H.U.S. (Santiago de Compostela), plantea las claves para diagnosticarla y tratarla a tiempo.

P. ¿Cuáles son los síntomas más importantes de esta enfermedad en la mujer?

R. En general, las mujeres tienen los mismos síntomas que los varones, si bien es verdad que ellas tienden más a sentir cansancio, fatiga, y no tanto la falta de aire. Es decir, son síntomas que no son específicos y a los que a veces no se da la importancia debida. Por otro lado, también afecta el comportamiento de las mujeres respecto a su propia salud.

Las mujeres tendemos a consultar menos que los hombres por distintas circunstancias, tanto de aspecto social como de aspecto personal. Por todo esto, la insuficiencia cardíaca está infradiagnosticada en las mujeres, que acuden a consulta con más tiempo de evolución, y cuando ya tienen más síntomas que los varones.

Hay que hacer una detección precoz

La detección tardía empeora el pronóstico en la insuficiencia cardíaca en las mujeres, pues los pacientes que la padecen se benefician del inicio precoz de tratamiento. La insuficiencia cardíaca se produce cuando el músculo cardíaco tiene un problema de falta de elasticidad o de falta de fuerza, de tal manera que no deja entrar la sangre que le llega desde los pulmones o no la expulsa adecuadamente. Esto provoca acumulación de líquidos en los pulmones en el abdomen y en las piernas, dando lugar a falta de aire e hinchazón.

Si no se atienden los síntomas y se acude pronto al médico, la calidad de vida del paciente irá empeorando progresivamente, pudiendo llegar a una descompensación cardíaca aguda con riesgo de muerte.

P. ¿Qué podemos hacer para mejorar el diagnóstico de la insuficiencia cardiaca en la mujer?

R. La clave es alertar a la población de la gravedad de la insuficiencia cardíaca y conocer los factores de riesgo que influyen en su aparición. Los habituales son la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo y la obesidad; si bien estos factores de riesgo son más nocivos en las mujeres en cuanto a su capacidad para desarrollar en ellas insuficiencia cardíaca.

Además, aunque menos frecuentes, hay otros riesgos específicos para la población femenina. Por ejemplo, las mujeres que han sido tratadas por un cáncer de mama con determinada quimioterapia tienen más probabilidad de desarrollar insuficiencia cardíaca. Otro caso especifico es el de las mujeres embarazadas en el ultimo trimestre del embarazo y en el primer mes posparto; aunque es infrecuente, puede darse.

Hay factores de riesgo específicos en la mujer

En el caso de los varones, el desarrollo de la insuficiencia cardíaca está relacionado en gran medida con la cardiopatía isquémica; es decir, con el antecedente de angina de pecho o infarto de miocardio. Aunque esto no quiere decir que las mujeres no deban preocuparse por esta afección.

Tras la menopausia, la mujer pierde la protección de los estrógenos y aumentan las probabilidades de sufrir una enfermedad coronaria. Concretamente, se sabe que la insuficiencia cardíaca llega a ser más frecuente en mujeres que en hombres por encima de los 79 años.

P. ¿Qué riesgos debemos considerar con más relevancia?

R. Hay que concienciar a la población femenina, para que aquellas mujeres que tengan hipertensión, sean diabéticas u obesas sepan que tienen más posibilidades de desarrollar problemas cardíacos que los varones, y que deben consultar ante síntomas que incluso puedan parecer de poca importancia como es la fatiga, el cansancio o la debilidad generalizada.

P. ¿En qué consiste la consulta médica cuando se acude con esos síntomas?

R. Para detectar la insuficiencia cardíaca hay varias pruebas, pero lo primero que hay que hacer es consultar a nuestro médico de atención primaria. Este profesional nos hará una exploración física, un electrocardiograma, y realizará la determinación analítica de un parámetro específico, que son los péptidos cardíacos, que permiten hacer un screening de los casos probables, y de los casos improbables.

Hay tres tipos de insuficiencia cardíaca en la mujer

Además de identificar la enfermedad, hay que estudiar el tipo de insuficiencia cardíaca y realizar un diagnóstico preciso de la causa. La insuficiencia cardíaca se clasifica según la fracción de eyección del corazón, que es el porcentaje de sangre que sale del corazón en cada latido. En condiciones normales tiene que salir más del 50% de volumen de sangre que ha entrado durante la relajación o diástole.

El ejercicio también está aconsejado en la insuficiencia cardíaca.

Salvo indicación médica, hacer ejercicio es bueno para todos, también en casos de insuficiencia cardíaca.

Según este porcentaje se identifican tres tipos de insuficiencia cardíaca. Cuando sale más del 50% se llama fracción de eyección conservada, que es el tipo más frecuente en mujeres. Cuando sale menos del 40% se llama fracción de eyección reducida, que es una forma predominante en varones, y luego hay una tercera forma que está entre las otras dos y que se llama fracción de eyección ligeramente reducida, que está entre el 41 y el 49%.

P. ¿Es una buena noticia que, en la fracción de eyección conservada, el caso habitual en la insuficiencia cardíaca femenina, salga más del 50% del volumen de sangre?

R. No, porque el pronóstico es prácticamente igual de malo. La fracción de eyección no se asocia a un pronóstico diferente. Incluso es una noticia peor porque para la insuficiencia cardíaca con fracción de eyección reducida hay muchos tratamientos que han demostrado reducir la mortalidad y los ingresos por descompensación cardíaca aguda. En cambio, en la fracción de eyección conservada, hay muy pocos tratamientos que hayan demostrado mejorar el pronóstico.

P. Entonces, ¿cuál es la alternativa para la insuficiencia cardíaca en la mujer?

R. En estos casos, el mejor tratamiento es la prevención. Adoptar y mantener hábitos de vida saludable que actúen reduciendo los factores de riesgo. La forma de controlar la evolución de la insuficiencia cardíaca es perder peso, si tiene sobrepeso u obesidad; realizar una actividad física regular diaria, de al menos 30 minutos; controlar correctamente la presión arterial si la tiene elevada; evitar o tratar la diabetes si la tiene mal controlada.

P. ¿No hay tratamientos farmacológicos?

R. En los casos de insuficiencia con fracción de eyección conservada, que es la que más afecta a las mujeres, el tratamiento es sobre todo de hábitos de vida, aunque hay un nuevo grupo de fármacos, los iSGLT2 que también se usan para la diabetes, que han demostrado mejorar el pronóstico.

En el caso de la insuficiencia cardíaca de fracción de eyección reducida hay hasta 4 tratamientos farmacológicos específicos que mejoran claramente el pronóstico.

P. ¿Puede mejorar la toma de diuréticos?

R. Los diuréticos son un tratamiento de elección cuando hay síntomas de retención de líquidos asociados a la insuficiencia cardíaca. No mejoran el pronóstico, pero son fundamentales para tratar la falta de aire, la hinchazón y la fatiga.

Hay más incidencia porque la expectativa de vida ha aumentado

La insuficiencia cardíaca está aumentando tanto en incidencia (casos nuevos) como en prevalencia (casos acumulados). Cada año hay más casos y este dato tiene que ver de forma paradójica con el aumento de expectativa de vida de la población. Hoy día hay una mayor supervivencia de las cardiopatías crónicas, como la cardiopatía isquémica y las valvulopatías.

Afortunadamente, la gente ya no se muere de infarto, ni de un problema valvular, pero esto lleva aparejado la mayor probabilidad de desarrollar a largo plazo insuficiencia cardíaca. Además, también se observa un aumento de la prevalencia de la insuficiencia cardíaca, porque ha mejorado la supervivencia, sobre todo en los casos de fracción de eyección reducida.

P. ¿Cómo lograr un mejor control de la insuficiencia cardíaca en la mujer para que ganen calidad y esperanza de vida?

R. La primera medida es el control de los factores de riesgo cardiovascular por parte de la población. Las mujeres por encima de los 55 años y los hombres por encima de los 45 deben acudir a sus médicos de atención primaria para someterse a un control de factores de riesgo: tensión, colesterol, diabetes, peso… El colesterol es un detonante importante, porque se asocia a infarto, y el infarto a la insuficiencia cardíaca.

Una vez establecido este diagnóstico precoz, en el que el médico de atención primaria es el protagonista absoluto, el especialista – que puede ser un cardiólogo o un internista-, debe garantizar que se realice un diagnóstico a fondo, y un tratamiento completo y moderno.

Cuando el paciente está estable, bien diagnosticado y óptimamente tratado, nuevamente se deriva a atención primaria para realizar las consultas de seguimiento y garantizar que cumple el tratamiento, manteniendo los buenos hábitos en cuanto a alimentación y ejercicio físico.  También es importante realizar análisis de sangre de forma periódica para garantizar la seguridad de la medicación.

P. ¿Cada cuánto tiempo deben realizarse las consultas de seguimiento?

R. En pacientes estables, la recomendación es cada 6 meses, pero los pacientes que han sufrido una descompensación reciente, tienen que verse en un periodo máximo de 2 a 4 semanas. Con la detección precoz, buen control de los factores de riesgo, y un tratamiento moderno, se logra una mejora en la calidad de vida de los pacientes y un aumento de la supervivencia.

El ejercicio es aconsejable para todos

Realizar ejercicio de forma regular a diario es una actividad de promoción de la salud recomendable para todas las personas. Aunque hay pacientes con insuficiencia cardíaca temerosos de realizarla debido a los síntomas de fatiga y falta de aire, también el ejercicio es beneficioso para ellos.

“Se les aconseja hacer ejercicio siempre que su medico haya descartado un problema agudo -explica la doctora Gómez Otero-, como por ejemplo una anemia o arritmia agudas. La actividad física regular se aconseja al cien por cien en todas las enfermedades crónicas y en todos los casos mejora la capacidad funcional de los pacientes” .