El uso de algunos alimentos funcionales y nutracéuticos puede ser beneficioso para el tratamiento de la hipercolesterolemia. Esta es una de las afirmaciones que se desprenden del informe de posicionamiento, realizado por expertos en nutrición e hipercolesterolemia de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA).

Este documento de consenso, publicado en la revista Clínica e Investigación en Arteriosclerosis, muestra la utilidad de estos productos en distintos escenarios clínicos, pudiendo contribuir su uso a la prevención cardiovascular.

Qué son los alimentos funcionales

Entre los nutracéuticos y alimentos funcionales destacan la berberina, la bergamota, la levadura roja de arroz, la fibra soluble y los esteroles y estanoles vegetales.

Estos nutrientes, además de encontrarse en alimentos como legumbres, frutos secos, verduras, frutas y cereales, se incluyen de forma artificial en determinados productos elaborados. Están presentes, por ejemplo, en los lácteos que se ofrecen en el supermercado.

“Queremos hacer unas recomendaciones  que permitan a los profesionales sanitarios utilizar los alimentos funcionales y/o los nutracéuticos”

Es habitual encontrar a nuestro alcance margarinas y yogures o bebidas lácteas enriquecidas con esteroles vegetales y huevos ricos en ácidos omega 3.

De igual forma, existen preparados comerciales que incluyen distintos nutracéuticos que han mostrado un efecto significativo en la reducción de los niveles de colesterol y en el control de la hipercolesterolemia. La clave de todo es: ¿cómo hacer un buen uso de ellos?

Recomendaciones para el control del colesterol

En su informe, el grupo de expertos de la SEA ha llevado a cabo un ejercicio de síntesis de los resultados de estudios científicos rigurosos. De esta forma pueden establecer distintas recomendaciones sobre este tipo de alimentos.

Los alimentos funcionales son aquellos enriquecidos con propósitos terapéuticos

Hay margarinas enriquecidas con esteroles vegetales para reducir el colesterol.

“Con este documento pretendemos hacer unas recomendaciones razonables. El objetivo es que permitan a los profesionales sanitarios utilizar los alimentos funcionales y/o los nutracéuticos en aquellos pacientes con hipercolesterolemia que realmente se puedan beneficiar de ellos”, indica el doctor Pablo Pérez Martínez, responsable del Grupo de Nutrición de la SEA y uno de los autores.

“Pueden favorecer una reducción de hasta un 15% en los niveles plasmáticos de c-LDL, el colesterol malo”

Las recomendaciones sobre el uso de nutracéuticos y alimentos funcionales se agrupa en 4 escenarios clínicos para pacientes que siguen tratamientos hipolipemiantes. Estos tratamientos son aquellos dirigidos a bajar los niveles de lípidos en sangre:

  • El tratamiento en sujetos con intolerancia a estatinas (grupo de fármacos habituales en el tratamiento del colesterol y los triglicéridos).
  • El tratamiento “a la carta” en personas en prevención primaria.
  • La prevención cardiovascular a largo plazo en personas que no siguen hasta el momento un tratamiento.
  • En pacientes con tratamiento contra el colesterol que no alcanzan objetivos terapéuticos.

“Si bien los nutracéuticos nunca deben sustituir al tratamiento farmacológico indicado, existen algunas situaciones donde podrían utilizarse y que detallamos en nuestro informe”, explica el Dr. José María Mostaza Prieto, presidente de la SEA y también autor.

Beneficios concretos sobre la hipercolesterolemia

Actualmente se dispone de tratamientos eficaces y seguros para el control y tratamiento de la hipercolesterolemia. Sin embargo, también hay algunas barreras determinadas por efectos secundarios e incluso factores sociosanitarios.

Esto genera una necesidad terapéutica, donde los nutracéuticos y alimentos funcionales juegan un papel clave. Así, el consumo guíado por el médico puede favorecer de media una reducción de hasta el 15% en los niveles plasmáticos de c-LDL, el colesterol malo.

Siempre con control médico

Sin embargo, desde la SEA también se advierte de que no todos los nutraceúticos y alimentos funcionales del mercado presentan unos adecuados estándares de calidad. Por eso, los autores del informe alertan de la necesidad de actuar con seguridad y piden que extrememos la precaución. Indican que necesitamos información adecuada y profesional para elegir los productos que ofrecen todas las garantías.

Para ello es clave consultar siempre al especialista, para que indique cómo incorporar estos alimentos dentro de una dieta y estilo de vida saludable, orientados a la prevención cardiovascular. El objetivo es realizar un consumo controlado, y que evite además la ingesta excesiva de nutrientes, puesto que ya los obtenemos de forma natural si seguimos una alimentación equilibrada.