El doctor Andrés Íñiguez Romo, nuevo presidente de la Fundación Española del Corazón (FEC), tiene como meta lograr que seamos más conscientes de la importancia de prevenir desde la infancia. Hablamos con él de promoción de salud y de prevención cardiovascular, así como del coste que tiene no cuidar el corazón adecuadamente.

Nos preocupamos del corazón cuando somos adultos y especialmente si hemos tenido un susto, pero la prevención de las enfermedades cardiovasculares debe empezar en la infancia y en la adolescencia. Solo así podemos reducir las probabilidades de tener un infarto o desarrollar otras enfermedades relacionadas, como son la insuficiencia cardíaca, la diabetes o la hipertensión, y que pueden a su vez provocar un fatal desenlace.

El doctor Íñiguez, nuevo presidente de la Fundación Española del Corazón (FEC), jefe del Servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo, y que anteriormente fue también presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) entre 2015 y 2017, nos da todas las claves sobre este importante tema.

P. ¿Los españoles cuidamos bien nuestro corazón?

R. Yo creo que no lo cuidamos muy bien y voy a decir por qué. Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de muerte en España. El año 2020, el año de la pandemia de la COVID-19, murieron en España casi 120.000 personas por causa cardiovascular. Esto supuso el 24 por ciento de los fallecimientos totales, muy por delante de los tumores y muy por delante de la COVID, por la que perdieron la vida 80.000 personas aproximadamente. Imaginemos lo que supone tener algo más grave que la COVID todos los años, de forma permanente. Este es el impacto de las enfermedades cardiovasculares. Y a pesar de esto creo que la sociedad española tiene una baja percepción de la gravedad de estas enfermedades, una falsa imagen de que es algo que pasa a las personas mayores. Es evidente que no cuidamos bien nuestro corazón y no controlamos los factores de riesgo iniciando hábitos de fomento de la salud cardiovascular desde la infancia, que es lo que deberíamos hacer.

“La prevención de las enfermedades cardiovasculares empieza en la infancia”
Desde la infancia, debemos animar a los niños a hacer ejercicio y comer saludablemente.

P¿Tenemos programas de salud cardiovascular en los colegios?

R. Sí, hay programas. Pero deberíamos insistir mucho más. De hecho, a principios de 2019 la FEC dio a conocer el informe “Riesgo Cardiovascular desde la Infancia”. Un documento de consenso en el que un grupo de expertos especialistas en cardiología, alimentación y deporte analizaron el entorno escolar y los hábitos alimentarios y deportivos de la población infantil.

El texto recoge diferentes propuestas de actuación, con el fin de mejorar la salud cardiovascular futura de la población, a través de medidas dirigidas a los menores españoles.

No se trata de una guía con consejos para llevar una infancia más cardiosaludable, sino que en este documento se realiza una valoración de la situación actual, de los hábitos que pueden repercutir negativamente en el desarrollo del niño y de las iniciativas que deberían ponerse en marcha, si queremos evitar que, en un futuro, los más pequeños tengan un mayor riesgo de padecer enfermedades o sufrir un evento cardiovascular. Necesitamos, no obstante, más implicación de los docentes, hablar más con ellos y con los niños, para darles la información relevante, y que ellos mismos se comprometan en el autocuidado y promoción de su salud. El papel de los educadores en los colegios es fundamental.

Por ejemplo, se estima que 9 de cada 10 fumadores adultos adquieren el hábito de fumar antes de terminar la enseñanza secundaria. Esto significa que, si los niños evitan el inicio de este hábito, probablemente nunca serán fumadores. Hay que tener en cuenta que el tabaco crea adicción y es difícil abandonar el hábito que genera. Ahí reside la importancia de la prevención del tabaquismo en la infancia y adolescencia. Lo mejor: ¡no empezar nunca a fumar! La prevención del tabaquismo tiene que hacerse desde casa (padres, hermanos mayores), el colegio (profesores, educadores) y la sociedad en general (por ejemplo, evitando ambientes con humo del tabaco).

P¿Tienen esta problemática otros países europeos?

R. Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en los países desarrollados, con mayor o menor incidencia. España no es de los que tienen tasas más altas. Los países de centro y norte de Europa tienen tasas mayores que las nuestras.

P¿Cuál es el factor de riesgo asociado más grave?

R. Todos los factores de riesgo juegan su papel, y cada factor es exponencial, pero podemos hablar de dos tipos de riesgo. Hay unos que son evitables, como la hipertensión arterial, que la tiene el 22 por ciento de la población española, o la hipercolesterolemia, que la tiene alrededor del 23 por ciento; la diabetes, un 7 por ciento; el sobrepeso, que lo tiene uno de cada 3 españoles; la obesidad, que la tiene el 17 por ciento de los españoles; los hábitos sedentarios, que aproximadamente los tienen un 19 por ciento; el estrés, que lo tiene un 17 por ciento, o el hábito de fumar que lo tiene un 16 por ciento. De acuerdo con estos datos, que proceden de un primer análisis de la Encuesta de Salud de la FEC (ESFEC) con más de 1600 entrevistas, los factores de riesgo evitables están muy presentes en la sociedad española. Luego, hay otros factores de riesgo que no son evitables, los que llamamos hereditarios, principalmente genéticos, que se transmiten de padres a hijos. En este grupo están la hipercolesterolemia familiar, o los que son consecuencia de otra enfermedad, por ejemplo, la diabetes tipo 1, o la hipertensión arterial secundaria. Pero si actuásemos sobre los que evitables, reduciríamos el 80 por ciento de las enfermedades cardiovasculares. Y también, otras enfermedades.

P.  Ha explicado que debemos enfocar esta situación desde la promoción de los hábitos cardiosaludables. ¿Qué supone esta perspectiva frente a la tradicional que habla de prevención?

R. Es complementaria. La FEC siempre ha puesto el foco en la prevención de las enfermedades cardiovasculares, pero debemos hacer dos cosas. A corto plazo, tenemos que concienciar a la sociedad de la relevancia y el impacto tan negativo que tienen. Pongo un ejemplo: se dedican muchos recursos y se hacen muchas campañas para prevenir accidentes de tráfico. Esto está bien, no digo que no se dediquen estos recursos a este cometido. Pero los accidentes de tráfico suponen la muerte de unas 1.000 personas al año, mientras que por enfermedades cardiovasculares hay 120.000 fallecimientos. Esto da una idea de los recursos que deberíamos dedicar para concienciar y abordar un problema que es 100 veces más frecuente que otro. En cambio, no se hace. En segundo lugar, la FEC tiene que promover la salud cardiovascular con acciones a medio y largo plazo.

Hay que recordar la necesidad de promover unos hábitos de vida cardiosaludables y no solo para impedir que aparezcan los factores de riesgo, sino para evitar en un futuro la enfermedad. Porque los factores de riesgo actúan de forma silente durante muchos años y cuando dan la cara ya han hecho mucho daño. Por eso, las actividades de promoción de la salud y las de prevención cardiovascular deben empezar en la infancia, y no esperar que den la cara en la edad adulta.

P¿Cómo influye la alimentación? Se recomienda la comida sana, pero a diario recibimos impactos de comida rápida…

R. Estamos en una sociedad occidental desarrollada y, por tanto, inmersos en el consumo. Me preocupa mucho la alimentación, porque hay una obesidad infantil que se ha convertido en un problema prioritario de salud pública, no solo en España, sino en todos los países desarrollados. Según la OMS, en la primera década del siglo 21, alrededor del 20 por ciento de los niños y los adolescentes europeos tenían sobrepeso y uno de cada 3 obesidad. En España, la obesidad infantil y juvenil tiene una prevalencia de alrededor del 10 por ciento, y su relevancia radica en que persiste en la adolescencia y en la vida adulta. Alrededor de la mitad de los niños obesos, o alrededor del 70 por ciento de los adolescentes obesos, van a padecer una enfermedad cardiovascular de adultos y tendrán más riesgo de sufrir una muerte prematura.

Además, la obesidad está asociada a otros factores de riesgo como la hipertensión, el colesterol, o las enfermedades cardiovasculares, y la mortalidad prematura. Hay que hacer mucho énfasis en esto. Debemos atajar el sobrepeso y la obesidad y además dar mensajes positivos, que ayuden a reducir el número de calorías ingeridas, y a controlar la cantidad y la calidad de los alimentos. Igualmente, al educar a un niño, no hay que usar la comida como recompensa, debemos restringir las bebidas azucaradas y la bollería industrial en su dieta. Es importante educarle en la actividad física, animándole a que haga alrededor de una hora de ejercicio cada día, proponiéndole actividades deportivas que sean de su agrado, y evitar el tiempo de sedentarismo. Esto favorecería la reducción del número de niños con obesidad o con sobrepeso, y por tanto cambiaría su perfil futuro.

P¿Hay algún otro sector de la población que le preocupe especialmente?

R. Hay dos colectivos muy diferentes. Si queremos hacer promoción de la salud, el colectivo que nos debe importar más es el de la infancia y la adolescencia. Así evitaríamos la aparición de muchas de las enfermedades cardiovasculares. En el caso del colectivo adulto, de lo que se trata es de prevenir el impacto negativo de las enfermedades cardiovasculares ya existentes. Por ejemplo, la insuficiencia cardiaca es la mayor causa de ingresos hospitalarios. En el año 2007, ingresaron 86.000 personas; en el 2012, fueron 101.000, y en el 2018 se alcanzaron 127.000 pacientes. Esta enfermedad afecta al 6 por ciento de la población, pero es creciente según la edad, de forma que en los mayores de 75 años ya afecta a un 16 por ciento. Tenemos que evitar que aparezca esta enfermedad desde el primer momento. Ahora mismo en nuestro país se calcula que la enfermedad afecta ya a más de 770.000 personas. Es un problema tan relevante que me llama la atención que las administraciones públicas no dediquen los recursos necesarios para su prevención.

P¿Qué causa exactamente la insuficiencia cardíaca?

R. Hay factores que son predisponentes, como la enfermedad coronaria, la diabetes, y la hipertensión arterial, por lo que la actuación temprana sobre ellos es esencial. De hecho, un amplio número de los adultos mayores de 45 años presenta estos factores predisponentes a la enfermedad cardíaca. Por lo tanto, si actuásemos desde la infancia, evitaríamos su aparición. También hay datos que indican que hay pacientes más propensos a padecerla con un determinado perfil epidemiológico. Son mujeres con obesidad, pacientes con anemia, hipertensión o fibrilación auricular. Pero insisto, la clave está en actuar precozmente y evitar que aparezcan los factores de riesgo.

Salud cardiovascular y deporte.
Es importante hacer promoción de hábitos saludables, como hacer deporte, para prevenir enfermedades cardiovasculares.

P¿El sistema sanitario atiende correctamente a los pacientes que llegan con insuficiencia o cualquier otra cardiopatía?

R. No debemos confundir lo que se hace en el sistema sanitario en cuanto a asistencia de patologías agudas o crónicas, con las labores de promoción de la salud y las de prevención cardiovascular. Tenemos un sistema sanitario bueno, con prestigio, reconocido por publicaciones en revistas profesionales de impacto, y que está al mismo o mejor nivel que instituciones similares en otros países desarrollados. Ahora bien, esto no quiere decir que nuestro sistema sanitario sea perfecto. Debemos buscar la mayor eficiencia en el mismo y realizar cambios si queremos hacerlo sostenible. Pero lo que de verdad cambiaría nuestra aproximación a las enfermedades cardiovasculares en sistema sanitario es que hiciésemos labores de promoción de la salud y de prevención de la enfermedad. Si no lo hacemos así, la carga asistencial va a seguir creciendo y el sistema sanitario puede verse colapsado. La razón es simple: el sistema sanitario actual es muy diferente a cuando se creó en los años 70 y 80.

Ahora la sociedad es muy diferente, está más desarrollada, con un mejor nivel socioeconómico, por lo que tiene mayores expectativas. Pero también es más envejecida y afronta problemas de cronicidad, de dependencia, y de fragilidad que incrementan la demanda asistencial y el gasto sanitario. A ello se le añaden otros problemas, que tienen que ver con las transferencias de las comunidades autónomas, como son las desigualdades en el acceso de los ciudadanos, y una gestión muy burocratizada y politizada. Además, se han efectuado recortes en el gasto que afectan a la calidad asistencial. Yo creo que el sistema sanitario es bueno, pero necesita cambios importantes. Independientemente de que debamos actuar antes de que el paciente llegue al sistema con una enfermedad crónica o aguda. Tenemos que trabajar para que no se tenga la enfermedad.

En sus dos años al frente de la SEC, el Dr. Íñiguez potenció la calidad y la excelencia de la práctica clínica en cardiología con la puesta en marcha de SEC-CALIDAD, un proyecto que sigue vigente hoy en día y que protocoliza los principales procesos y procedimientos asistenciales cardiológicos, creando estándares de calidad e indicadores de resultados.

P¿Qué persigue hoy día SEC-CALIDAD?

R. Este es un proyecto, que incluye otros subprogramas, del que yo estoy especialmente orgulloso. SEC-PRIMARIA tiene como objetivo mejorar la coordinación y la continuidad asistencial del paciente una vez que se le trata y da el alta del hospital. SEC-EXCELENTE persigue reducir la variabilidad de las actuaciones médicas, protocolizando los principales procesos y procedimientos, para así mejorar la calidad asistencial. SEC-IMAGEN es un documento de expertos para valorar influencia de la obsolescencia de la tecnología que utilizamos en la calidad y seguridad asistencial, y SEC-RECALCAR pone en valor una encuesta a todos los servicios de cardiología del país, junto a un análisis de las bases de datos del ministerio de sanidad relativos a altas hospitalarias. Con una finalidad, analizar lo que hacemos, compararlo con estándares, y ayudarnos a mejorar nuestra práctica clínica. Más recientemente se han puesto en marcha también los proyectos SEC-AVACAR y SEC-URV. El primero es un “diccionario” que intenta homogeneizar y facilitar al máximo la codificación de las altas hospitalarias en los servicios de cardiología. Y el segundo es un herramienta que permitirá transformar a un coste económico los distintos recursos consumidos al realizar un procedimiento cardiológico.

Por otro lado, el proyecto SEC-PARADA CARDIACA se creó con el objetivo de proporcionar una asistencia precoz a las personas que presentan una parada cardiaca en la calle, lo que llamamos una parada cardiaca extrahospitalaria. El proyecto tomó forma a través de la aplicación ARIADNA, desarrollada por la SEC y la FEC. La aplicación permite conocer la ubicación de desfibriladores automáticos externos por toda España para que puedan ser utilizados en caso de parada cardíaca, junto a la ubicación del voluntario entrenado en reanimación cardiovascular más cercano al lugar de la parada.

Debido a su envergadura y a su utilidad para la población general, ARIADNA pasó a ser un proyecto gestionado por la FEC. Posteriormente se ha efectuado un acuerdo con Cruz Roja para implicar a sus más de 40.000 voluntarios, y en una segunda fase, pretendemos que la aplicación se conecte a los servicios de emergencia de las diferentes Comunidades Autónomas, y que estos voluntarios puedan ser avisados para atender una parada cardiaca hasta que lleguen los servicios de emergencia. La actuación precoz es fundamental en estos casos, porque por cada minuto que se tarda en iniciar una reanimación cardiopulmonar se reduce la supervivencia en un 10 por ciento, mientras que si se hace a tiempo aumentan las probabilidades de supervivencia en un 50 por ciento.

PLeo que hay menos médicos que se presentan al MIR y también que muchos profesionales salen del país. ¿Puede afectar a la atención sanitaria en el futuro?

R.  El sistema MIR representa la mejor vía de formación de profesionales médicos de España. Estamos formando excelentes especialistas, que no tienen nada que envidiar a los de cualquier otro país desarrollado. Este sistema ha sido clave en la evolución de la medicina y en la calidad asistencial que se presta en nuestro país, desde que se instauró en los años 70. Es verdad que hay profesionales que al no encontrar aquí el medio más adecuado para su desarrollo y ejercicio profesional lo buscan en otros países, y esto supone perder un capital humano y profesional de incalculable valor. Un estudio alrededor del año 2012 o 2013 indicaba que los jóvenes universitarios eran el primer grupo protagonista de la emigración actual y según el Instituto Nacional de Estadística aproximadamente emigran unas 50 o 60 mil personas cada año. Desconozco cuántos son profesionales sanitarios, pero me consta que hay una importante emigración de médicos y de enfermería hacia Europa, sobre todo hacia Reino Unido.

P¿Tendría que ser el sistema más atractivo para ellos?

R. Sin duda, yo creo que el sistema debería ofrecerles alternativas profesionales y económicas que no hiciesen tan atractivo salir. Desgraciadamente no es así.

PEl 29 de septiembre celebramos el Día del Corazón, ¿podríamos hacer algo más que darle un día en el calendario al corazón?

R. No solo podríamos, sino que debemos hacer algo más. Este es uno de los problemas que veo en la FEC. Tenemos el reto de hacer que su misión, que sus actividades, que son muchas, sean más conocidas. Alrededor del 29 de septiembre, celebramos la Semana del Corazón y la Carrera Popular del Corazón. También organizamos el Foro de Salud Cardiovascular para Pacientes y Familiares, un encuentro que tiene como objetivo mejorar la prevención y promover los hábitos saludables.

Este año hemos puesto en marcha los Premios Impulso Salud Cardiovascular, cuyo objetivo es reconocer el trabajo de distintas entidades, sean empresas, hospitales, asociaciones de pacientes o administraciones, que trabajan para impulsar la salud cardiovascular. Por cierto, la convocatoria acaba al final de marzo. Estamos trabajando también en una ambiciosa campaña que pretende comprometer a cada persona y al conjunto de la sociedad en el autocuidado y en la promoción de hábitos saludables. También queremos concienciar en la importancia de factores medioambientales como la calidad del aire, entre muchas otras actividades, además de favorecer la investigación en el ámbito de las enfermedades cardiovasculares.

P¿Son importantes los factores medioambientales?

R. Es un tema que está empezando a coger fuerza, y al que hasta ahora no habíamos dado la importancia necesaria, quizás porque es fruto del propio desarrollo de la sociedad. De hecho, en el último congreso de la SEC, la charla inaugural fue dedicada al impacto medioambiental en la salud cardiovascular. Dará mucho que hablar en los próximos años.

Conoce la labor de la Fundación Española del Corazón (FEC)

La Fundación Española del Corazón (FEC) es una institución sin ánimo de lucro promovida por la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

  • La Sociedad Española de Cardiología (SEC) se dirige a los profesionales cardiólogos, para tratar todos los temas científicos relacionados con la asistencia a las enfermedades cardiovasculares.
  • La Fundación Española del Corazón (FEC), -equivalente a lo que sería la Asociación Española Contra el Cáncer-, se dirige a la sociedad civil, y tiene como objetivo la promoción de la salud cardiovascular y la prevención de aquellos factores que facilitan la aparición de las enfermedades cardiovasculares.