Se trata de seguir gestos que pueden salvar tu vida si se actúa a tiempo. Muchas personas dejan pasar más de 3 horas antes de pedir ayuda o llamar a emergencias y entonces… puede que sea ya demasiado tarde. ¿La razón? Como explica el doctor Albert Ariza Solé, presidente de la Asociación de Cardiopatía Isquémica y Cuidados Agudos Cardiovasculares de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), “a menudo los síntomas de un infarto se confunden con otras enfermedades más o menos graves, incluso con estrés”.

¿Sospechas que estás sufriendo un infarto? Hay 8 gestos que pueden salvar tu vida

Por esta razón, y especialmente si tienes antecedentes de enfermedad cardiovascular, o detectas los síntomas más usuales, interioriza estos 8 consejos que pueden salvar tu vida. Los completarás en pocos minutos aunque estés solo. Recuerda: un infarto normalmente no hace perder la consciencia o la movilidad de forma súbita, así que lo más importante es actuar a tiempo y mantener la calma.

1. Escucha a tu cuerpo. El síntoma fundamental de infarto es un dolor opresivo intenso en el pecho, que no cede en menos de cinco minutos ni al cambiar de postura o respirar profundamente. Como explica el doctor Ariza, “suele ser un dolor en el centro del pecho, como con peso, como si se tuviera algo encima. Normalmente irradia al brazo izquierdo, mandíbula o espalda. Y si además se acompaña con náuseas y sudoración, es más preocupante.” No lo dudes y pasa a la acción si adviertes que algo no va bien.

2. Mantén la calma. Los nervios nunca ayudan: te ofuscarán la mente, alterarán aún más tu ritmo cardiaco y te impedirán seguir los pasos necesarios de la mejor manera. Incluso si eres una persona joven, sin antecedentes personales ni familiares de enfermedad cardiovascular, si los síntomas descritos se mantienen durante 10-15 minutos como mucho, el doctor Ariza recomienda buscar ayuda médica para ser atendido, y que te hagan un eletrocardiograma lo antes posible.

3. Llama inmediatamente al 061 (emergencias médicas) o al 112 (emergencias sanitarias). Será muy útil si ya los tienes en tu móvil como teclas de marcación rápida. Explica tus síntomas, sigue las instrucciones que te vayan dando y aporta los datos fundamentales para que puedan mandarte ayuda: el teléfono desde el que llamas, dónde estás (dirección exacta o, si es en un lugar exterior, coordenadas identificables. Es muy importante la precisión en este caso) tu nombre, tu edad y otros datos que te puedan preguntar.

4. Pide a alguien que te acompañe, si es posible: algún familiar o vecino, un transeúnte… Explícales lo que te sucede y pídeles que te acompañen y estén atentos por si pierdes el conocimiento o cambia tu estado. Que llamen de nuevo a urgencias en ese caso.

Recuerda que más vale una falsa alarma, que pedir ayuda demasiado tarde. Te va la vida en ello

5. Deja las puertas de entrada libres. Si estás solo en un interior y no puedes contar con ayuda de nadie, hacer esto es fundamental para facilitar la entrada a los sanitarios que van a atenderte.

6. Toma la medicación indicada en esta circunstancia. Si tienes antecedentes de enfermedad cardiovascular probablemente tengas a mano una pastilla o un spray a base de un derivado de la nitroglicerina que tu médico te habrá explicado cómo utilizar en el caso de que llegue esta ocasión. Hazlo.

7. Mastica una aspirina. Si no tienes este tipo de ayuda farmacológica a mano, el doctor Ariza recomienda “masticar una aspirina –ácido acetilsalicílico–. A no ser que la persona en concreto tenga una alergia o una contraindicación, es un tratamiento que ha demostrado salvar vidas y mejora el pronóstico” del episodio cardiovascular.

8. Adopta la postura adecuada. Mientras llega la ayuda médica, afloja la ropa que te pueda apretar, y túmbate del lado derecho, boca arriba con los pies en alto, o semi sentado. Estas tres posturas te ayudarán a respirar mejor y te mantendrán más relajado a la espera de los servicios de urgencias.