La dieta mediterránea evita 1 de cada 4 eventos cardiovasculares en pacientes que ya han sido tratados y que presentan manifestaciones clínicas graves de enfermedad cardiovascular o coronaria. 

Así lo demuestra el estudio Cordioprev, encabezado por los doctores José López Miranda, Javier Delgado-Lista y Pablo Pérez Martínez, que se ha presentado recientemente en el XXXIV Congreso Anual de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA) celebrado en Madrid.

Su importancia es relevante, pues significa que adoptando hábitos de alimentación saludables podemos reducir las posibilidades de que sucedan nuevos accidentes cardiovasculares.

Estamos hablando de una muerte súbita, un nuevo infarto agudo de miocardio, un accidente cerebro cardiovascular, un episodio de isquemia de extremidades inferiores, o que tengamos que someternos a una cirugía.

“La dieta mediterránea previene 1 de cada 4 eventos cardiovasculares recurrentes en pacientes ya tratados

“Ya sabíamos que la dieta mediterránea rica en aceite de oliva virgen y en frutos secos es extraordinariamente cardiosaludable en pacientes que no tienen enfermedad cardiovascular. No hay manifestación clínica de enfermedad cardiovascular y, por consiguiente, es una dieta que se demuestra preventiva ante el desarrollo de eventos -explica el doctor López Miranda, investigador principal del estudio -. Pero lo que hemos demostrado ahora con el estudio Cordioprev es que en pacientes que han tenido un evento y que presentan manifestaciones clínicas de enfermedad cardiovascular o coronaria, la dieta mediterránea reduce de forma drástica la probabilidad de tener un nuevo accidente cardiovascular mayor”. 

Esto es realmente importante, pues uno de los mayores temores cuando se sufre un evento de estas características es que vuelva a pasar.

Cómo interviene el aceite de oliva virgen

El modelo de alimentación mediterránea a que hace referencia el estudio Cordioprev está basado en un amplio consumo de cereales integrales, frutas, verduras, legumbres, pescado de todo tipo con preferencia del pescado azul, y cuyo eje graso fundamental, y casi exclusivo, es el aceite de oliva virgen. 

Es un modelo de alimentación rico en grasas monoinsaturadas: entre un 35 y un 40% de las calorías totales proviene de grasas, de las cuales aproximadamente un 20% corresponden a la grasa monoinsaturada del aceite de oliva virgen.

Siete años de investigación

La investigación se ha realizado en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, sobre una muestra de 1.002 pacientes con enfermedad coronaria establecida de entre 20 y 76 años.

Una parte de la muestra mantuvo a lo largo de 7 años un modelo de alimentación basado en la dieta mediterránea rica en aceite de oliva virgen, y el resto siguió una dieta baja en grasas y rica en hidratos de carbono complejos. 

El aceite frena los eventos cardiovasculares
El aceite de oliva virgen reduce la repetición de accidentes cardiovasculares

Tal y como explica el Dr. José López Miranda, “aunque ambos modelos de alimentación pueden ser considerados cardiosaludables, Cordioprev ha demostrado que precisamente es el modelo de alimentación mediterránea el que reduce en mayor medida la probabilidad de volver a tener un nuevo evento cardiovascular”. Y se trata de una reducción de hasta el 26,6%, comparado con el modelo de dieta baja en grasas. Esta cifra aumenta hasta el 33% entre los pacientes varones.

“Cuando empezamos el estudio Cordioprev, si tratábamos bien a los pacientes que ya habían sufrido un evento cardiovascular, la tasa de recurrencia era de un 33%. Con la dieta baja en grasa se reduce a un 23%, pero es que con el modelo de dieta mediterránea se ha reducido a un 17%”, explica el Dr. López Miranda. Estas cifras refuerzan el valor de la dieta mediterránea. 

Ya conocíamos su capacidad de prevención cardiovascular primaria (en pacientes sin eventos previos) de hasta un 30%, pero ahora queda demostrada su extraordinaria eficacia también en la prevención secundaria de pacientes ya tratados.

Es importante señalar que España no se sigue tanto este modelo como podemos suponer por nuestro bagaje cultural, o no se hace correctamente.

“Cada vez tendemos a consumir más comidas rápidas, y la comida rápida, tal y como se entiende actualmente, está enfrentada con el modelo de alimentación mediterráneo”

Así, el doctor López Miranda destaca que “desgraciadamente, el porcentaje de españoles que consume un modelo de dieta mediterránea es muy bajo, probablemente inferior al 20 o 25%. Es mayor en las generaciones que ahora mismo tienen por encima de 65 años.

Lamentablemente, con los estilos de vida cada vez más occidentales, tendemos a consumir comidas rápidas, y la comida rápida, tal y como se entiende actualmente, está enfrentada con el modelo alimentación mediterráneo”.

“Con el modelo de alimentación mediterránea inducimos un proceso de regresión o de estancamiento de la arteriosclerosis”

Considerando esta circunstancia, no hay que descartar que la comida rápida evolucione y se base en alimentos mediterráneos reales, cocinados y aderezados con aceite de oliva virgen.

“Ahí es hacia donde debemos ir -explica el doctor- para conseguir que un modelo que se ha demostrado que es extraordinariamente cardiosaludable se pueda extender a casi toda la población”.

Control de la arterosclerosis

Y no solo eso, sino que la dieta mediterránea también se demuestra de gran efectividad en el control de la arteriosclerosis: “Con el modelo de alimentación mediterránea se induce un proceso de regresión o de estancamiento de la arteriosclerosis -indica. Dr. López Miranda- cosa que no ocurre en menor medida, con la dieta baja en grasas rica en hidratos de carbono complejos”. 

El estudio Cordioprev, en el que también han participado investigadores del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC), el Hospital Universitario Reina Sofía, la Universidad de Córdoba y el Ciberobn, ha sido publicado por la prestigiosa revista científica internacional The Lancet . Supone un gran hito, pues es el único ensayo en los últimos 23 años que prueba científicamente el valor de la dieta mediterránea en la prevención secundaria cardiovascular.